Las Cataratas del Niágara son una de las atracciones turísticas más populares del planeta y una de las siete maravillas naturales del mundo. Comprende tres cascadas: las Cataratas de la Herradura (o cataratas canadienses) son las más grandes, seguida de las Cataratas Estadounidenses y finalmente las Cataratas del Velo de la Novia. Las Cataratas del Niágara, situadas en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá, atraen a unos 30 millones de visitantes al año y tienen 12 000 años de antigüedad.

Para visitar las Cataratas del Niágara, puedes reservar una excursión en barco o a una visita guiada. Una de las atracciones más populares son los cruceros que recorren los rápidos del río Niágara hasta llegar justo delante de las cataratas. Los cruceros de Maid of the Mist operan desde el lado americano y los cruceros Hornblower Cruises desde el lado canadiense. Acuérdate de llevar contigo ropa de recambio, ya que lo más seguro es que te mojes.

Si buscas un plan más tranquilo, puedes visitar la plataforma de observación de la Torre Skylon, desde la que podrás disfrutar de las vistas a mayor altura de las cataratas y de Toronto en la dirección opuesta. Otra alternativa es recorrer uno de los senderos del Parque Estatal de las Cataratas del Niágara, el parque estatal más antiguo de los Estados Unidos, y acercarte a las cataratas.

En el siglo XX, algunos aventureros intrépidos pusieron de moda tirarse por las Cataratas del Niágara en el interior de un barril. El primer salto del que se tiene constancia lo realizó en 1901 Annie Edson Taylor, quien saltó al vacío desde el interior de un barril de madera sellado y lleno de aire. Sobrevivió para contarlo. El inglés Charles Stephens fue menos afortunado en 1920. Para mayor seguridad, se ató un brazo a un yunque en el interior del barril. Tras la caída, encontraron el barril y su brazo atado al yunque, pero ningún otro rastro de él.

En el lado canadiense, a poca distancia de las cataratas, hay una calle llena de restaurantes, tiendas de regalos y otras atracciones que que vale la pena visitar durante tu excursión a las Cataratas del Niágara. Si te apetece tentar a la suerte, en las proximidades también hay dos casinos.