Dónde ir
Países Bajos
Qué hacer en Róterdam
En constante evolución y con una innovación sin límites, la ciudad de Róterdam construye su propio futuro. Lejos de conformarse con soluciones convencionales, esta ciudad avanza con determinación a través de proyectos radicales que buscan superar retos comunitarios. A pesar de que gran parte de la urbe se destruyó durante la Segunda Guerra Mundial, Róterdam siempre ha tenido la vista puesta en el futuro y ha avanzado con pasos firmes hacia un nuevo diseño urbano. Progresista, joven e impactante desde el punto de vista visual, el mayor puerto de carga de Europa te sorprenderá con su arquitectura moderna y poco convencional, su floreciente panorama gastronómico y sus fantásticos museos.Las 6 mejores cosas que hacer en Róterdam1. Descubre esta ciudad obsesionada con el arteEn Róterdam, el arte se esconde en cada esquina, desde la mayor pintura realizada en un techo curvo del edificio Markthal, hasta el arte callejero, más fresco y colorido, que salpica la ciudad. Róterdam presume de ser una galería al aire libre y accesible para todo el mundo (te recomendamos conocerla con una visita guiada), pero también encontrarás impresionantes colecciones en el interior del Kunsthal, el Witte de With, el Fotomuseum y el TENT. Sin duda, la joya de la corona es el Depot Boijmans Van Beuningen, una colección única sin conservadores compuesta por 150 000 obras.2. Conoce la ciudad desde el aguaEl taxi acuático de Róterdam es todo un fenómeno que fulmina los tiempos de desplazamiento, gracias a esos pequeños y rápidos barcos que viajan a una velocidad de hasta 50 km/h. Es, por tanto, una forma divertida y práctica de moverte por la ciudad y verla desde una perspectiva diferente. Este taxi dispone de 50 paradas dentro y fuera de la ciudad y el precio del viaje varía en función de cuántas zonas de las tres que conforman la ciudad vayas a cruzar. Sin embargo, si prefieres recorrer el puerto de forma más exhaustiva, te recomendamos coger un barco Spido, que pasará por lugares emblemáticos como el Euromast, el puente Erasmo o el SS Rotterdam. 3. Visita maravillas arquitectónicas impresionantesRóterdam, lugar estratégico durante la Segunda Guerra Mundial, acabó, en su mayor parte, destruida y esto fue el detonante de su renovación. Hoy en día, edificios emblemáticos salpican el horizonte y la ciudad se ha convertido en punto de referencia por su arquitectura audaz y ecléctica. Disfruta de un recorrido por las construcciones más conocidas de Róterdam, como la Estación Central, el Kunsthal, situado en el núcleo cultural del Museumpark, y el icónico puente de Erasmo. De igual forma, las populares casas cubo de Blom y el cercano edificio Markthal son dos ejemplos más de las obras más impresionantes de la ciudad.4. Piérdete por el barrio históricoDelfshaven, uno de los pocos barrios que no fue arrasado durante el bombardeo, te ofrece una muestra de cómo era la ciudad antes de la llegada de la guerra. Con una extensión de unas pocas calles y canales, este pequeño barrio desprende encanto. Los canales están repletos de mástiles de madera pertenecientes a antiguas barcazas y las elegantes fachadas de ladrillo de las casas se reflejan en sus aguas. Tómate un descanso en la cervecería De Pelgrim o en uno de los distinguidos restaurantes que encontrarás en esta parte de la ciudad.5. El mundo al completo en tu platoTal es la variedad de opciones gastronómicas y mercados que te ofrece esta urbe que nunca llegarás a pasar hambre. Cualquier amante de la comida que se precie debe visitar el Markthal, y no solo por su increíble arquitectura, sino por el mercado de productos frescos y restaurantes que alberga y que incluyen desde dulces locales, como los stroopwafels, hasta la cocina más internacional. El Fenix Food Factory es similar: un mercado de productores con restaurantes y cafeterías y cuyo objetivo es la sostenibilidad.6. Explora el alegre y bello KinderdijkEste lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es la antítesis de Róterdam. Situada a tan solo un paso de la gran ciudad, esta tranquila región repleta de canales y molinos de viento resalta la historia rural de los Países Bajos y pone de manifiesto la complejidad de la gestión del agua en una zona que se encuentra al nivel del mar o incluso más abajo. Con la entrada, podrás visitar dos molinos de viento en funcionamiento y una estación de bombeo, así como disfrutar de un paseo en barco. Además, también tendrás la oportunidad de entrar en el centro de información turística y contemplar los molinos desde el ventanal de su cafetería.