El castillo de Edimburgo ha sido el símbolo de Escocia durante los últimos siglos y ha visto innumerables guerras, escándalos, reyes y reinas, como la reina Margarita y la reina María de Escocia. Fue construido en la Edad Media como una fortaleza y se amplió durante siglos para convertirse en el monumento emblemático que hoy conocemos. Datado en el siglo XII, la capilla de Santa Margarita es la parte más antigua del castillo. Luego se añadió el impresionante Gran Salón bajo Jaime IV en el siglo XVI, la Half Moon Battery en el siglo XVI y el Memorial a la guerra civil escocesa justo después de la Primera Guerra Mundial. Ahí también podrás ver las famosas Joyas de la Corona de Escocia junto con la Piedra del destino, un gran trozo de piedra arenisca utilizada para la coronación de los reyes escoceses e ingleses por igual.

Salta en la historia y aprende acerca de los soldados ingleses y escoceses que lucharon en la fortaleza en la Guerra de Independencia, y cómo Thomas Randolph, sobrino del rey escocés Robert the Bruce, fue capaz de recuperarla en 1314 en una audaz incursión nocturna. Deja que tu imaginación te lleve a la famosa Edad del Hierro cuando supuestamente los feroces guerreros celebraban en el Castillo durante un año antes de entregar sus vidas en la batalla.

Si las guerras y batallas no son tu punto fuerte, no te preocupes, hay algo que sin duda te satisfacerá. Sal fuera para apreciar las impresionantes vistas de Edimburgo desde las terrazas del castillo. Esta fabulosa vista sigue sorprendiendo a todos los visitantes, antes de continuar hacia los salones de té del castillo, para tomar algunos sabrosos pasteles y bocadillos.